Estableciendo Objetivos

¡Hola a todos! En esta entrada me voy a centrar en esa meta que todos deseamos y por la que entrenamos todas las semanas: El Objetivo. A parte de querer conseguirlo, vaya por delante que entrenamos porque nos apasiona y nos aporta grandes beneficios nuestra actividad deportiva.

Pero no podemos olvidarnos de que el objetivo es aquello que alimenta nuestras ganas de levantarnos cada día y nos hace querer superarnos en todo momento, para decirlo más claro con el objetivo estamos en constante motivación y a tope.

Está claro que como el objetivo es una meta, una consecución de un proceso que lleva un gran esfuerzo detrás, es difícil mantener esta motivación. Y es difícil porque el objetivo está en mente, está cada día presente: en el cronometro, al final de la piscina o de la carretera, o delante del espejo.

Por lo que si vemos que no existe mejora, nos desmoralizamos y podemos acomodarnos o abandonar. Esto es lo último que queremos, ya no solo porque no llegaremos a esa meta, sino que tampoco disfrutaremos del deporte y por el contrario sí que conseguiremos estar frustrados, nos juzgaremos y estaremos centrados en todo menos en aquello que es importante.

Para evitarlo lo que  os propongo es establecer pequeños objetivos cada corto espacio de tiempo, estos objetivos nos van a servir para estar todo el tiempo motivados, y también serán fundamentales para alcanzar el gran objetivo final.

Estos pueden ser específicos para el propio entrenamiento como por ejemplo levantar un peso al que nunca habías podido llegar, con la satisfacción que eso supone, o gastarlos como “premio” para nosotros mismos como realizar el ejercicio cardiovascular en un lugar diferente del habitual y así nos saldremos un poco de lo establecido y conseguiremos llevar a nuestra mente a una distracción positiva ya que la sacamos del "recinto cerrado"... (como cuando llevan de excursión a los niños en el colegio).

Esto hará que nuestra mente esté centrada en estos pequeños objetivos, que darán pie a que al final del camino entremos en la meta, satisfechos no solo de haber llegado bien, sino del trabajo bien hecho que hemos realizado durante el camino.