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lunes, 7 de octubre de 2013

Corriendo para liberar mi corazón


El lunes día 30 de septiembre cerré una etapa importante para mi corazón. Me despedía como tenía que despedirme de un antiguo amor para poder estar en paz con mi alma.

Después de despedirme  desde lo más hondo de mi persona, desde lo más profundo de mis entrañas, mi corazón descansó….. aún así mi mente no paraba. Hay un remedio muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy eficaz contra un pensamiento obsesivo y recurrente: el cansancio físico.

Hace unos años aprendí que ante un malestar mental……. A quemarse¡¡¡¡¡
Me cambié de ropa, me puse las zapatillas y a correr.

A los 2 km mi mente decía que ya estaba bien, que no podía aguantar más. Le dije: “Lo siento amiga mía pero tanto tú como yo nos merecemos descansar esta noche. Lo hago por los dos”. Y seguí corriendo.

Fueron 8500 metros, acabando con un sprint final para descargar toda la rabia que yacía dentro de mí.  Al detenerme seguí caminando dándole la vuelta a la manzana y solamente  repetía “¡¡¡VAMOS!!!!¡”. En voz alta, como si estuviera loco. Me sentía loco aún así había cumplido mi objetivo: me sentía un poquito más en paz y descansado que horas antes.

Estiré de forma sosegada, relajando mis músculos, respirando despacio y profundamente. 

Me sentía orgulloso de mí. Había resuelto un problema que no había afrontado meses antes y tras ello había sabido gestionar mi rabia e incluso con un estado de ánimo bajo, no me detuve hasta que llegué a casa, incluso seguí corriendo alrededor de 500 metros más para demostrarme que era posible.

Una vez leí una frase de una persona que ha llegado profesionalmente muy alto. Dice así: “No puedes elegir como sentirte pero si cómo actuar”. Siempre podemos elegir seguir, avanzar en vez de detenernos. Es nuestra voluntad y tenemos la capacidad de aprovecharla.

El beneficio es inmenso.

Por último, recordaros una valiosa lección que he aprendido: la pena ante una pérdida (de la índole que sea) se transformará con el tiempo en un recuerdo precioso.

Un fortísimo abrazo y enfrentaros a las situaciones de forma que os imaginéis en el futuro y digáis : “Me siento orgulloso de  como actué”. Así me sentí  yo después de afrontar mi despedida amorosa y decidir irme a correr para sentirme mejor.




1 comentario:

  1. Grande amigo!!! Un abrazo muy fuerte, y no olvides que tienes un amigo cuando vengas a Denia!!!

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