Sergio José Grueso Cerezo
Mi historia junto el deporte
comienza a los 8 años. Mi padre me animó a practicar baloncesto y me inscribió al
equipo del colegio.
Me enamoré de él. Dentro de la pista, con el balón en mis manos me sentía libre, sentía que era el protagonista de una gran historia que empezaba a escribirse Mi gran decepción, darme cuenta de que no iba a ser jugador profesional. A los 19 años decidí dejar de jugar. Me di la excusa de que volvería al año siguiente, pero nunca volví…
Me enamoré de él. Dentro de la pista, con el balón en mis manos me sentía libre, sentía que era el protagonista de una gran historia que empezaba a escribirse Mi gran decepción, darme cuenta de que no iba a ser jugador profesional. A los 19 años decidí dejar de jugar. Me di la excusa de que volvería al año siguiente, pero nunca volví…
Dejé de practicar deporte, empecé a comer mal, fatal, de
forma horrible y ello condujo a sentirme muy poco a gusto con mí físico,
pesado, sin vitalidad, poco atractivo….. Fue un año, en realidad menos. Menos
de 365 días en los dejé de sentirme a gusto conmigo mismo.
La vitalidad me había
abandonado, yo había huido de ella.
En el último año de Facultad me apunté a un” Gym”, probé el
spinning y empecé a correr 40 minutos 2 veces por semana. Recuperé sensaciones
que anhelaba. Recuerdo sentarme en el sofá del piso de Víctor a las 11 de la
noche saboreando el cansancio producido por el trabajo bien hecho.
Por diversas razones (o mejor dicho excusas) hace dos años
(verano de 2011) reviví una situación parecida. Trabajaba, comía, llegaba a casa y/o
dormía durante largas horas o veía la
TV , incluso gran cantidad de días ambas.
Volví a a no “estar
feliz”.
Un lugar sagrado en mi vida, son los sábados. No es un día
es un lugar y momento, dónde almorzamos, dónde se reúne el “Consejo de sabios”, me siento en casa.. En el último
almuerzo del mes de agosto del 2011, decidimos apuntarnos los 4 al “Gym”.
Juan y yo empezamos a correr después de haber realizado
pesas. Aún recuerdo la primera vez que corrimos 20 minutos en la cinta. Juro
que olía a grasa, a pesadez por todos lados. Notaba la flacidez de mi cuerpo a
cada segundo y no llegaba la hora de finalizar la maquina. Deseaba que el cronometro
llegara a 20 min.
Juan y yo nos propusimos hacer la vuelta a pie a Carcaixent.
Teníamos 1 mes para prepararnos y poder conseguir nuestro objetivo. Fue el
primer objetivo de muchos que han llegado. A partir de ese momento empezamos
con la coña “Camí del objectiu”. Cada vez que salíamos a correr nos motivábamos
con frases, gritábamos “vamos”, disfrutábamos de correr, de nuestra compañía.
Poco a poco fuimos ganando resistencia y
el día 2.10.2011 conseguimos finalizar los 10km de la Volta a Peu a Carcaixent.
Recuerdo sentirme orgulloso de Juan y de mí mismo. Muy, muy, muy orgulloso. Despertó
en mí la convicción de que las cosas que
nos proponemos en la vida, en el campo que sea, podemos lograrlas siempre que
nos comprometamos y estemos dispuestos
“a sufrir un poquitín”.
Aquel momento, aquella llegada a meta esprintando hasta el
final de la prueba mientras el público aplaudía, marcó un antes y un después en
mi vida. Tanto es así, que me gustaría devolverle al deporte un "pedacito" de lo
que me ha dado.
Este blog es un pequeño homenaje al deporte y al crecimiento
personal.
Espero que mi experiencia y la de mis
compañeros-amigos-equipo (sois la HOSTIA) te ayuden a lanzarte a
realizar deporte, perseguir tus sueños, en definitiva, mejorar su vida.
¡Comencemos!
Juan y yo en
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