Al
acabar exámenes empezó el cambio; me apunte a un gimnasio al que
iba de lunes a sábado sin faltar un solo día durante todo el
verano, empecé a hacer dieta y, para obligarme a correr, me apuntaba
a las carreras populares que hacían cerca de mi pueblo. Pase de
correr 8km en 54 minutos al comienzo del verano a correrlos en 42
minutos y pesando 10 Kg menos en apenas meses.
En
ese momento comencé las clases pero seguí yendo al gimnasio y
corría solo los fines de semana en pueblos cercanos. Al acabar el
año conseguí 2 retos importantes que me había propuesto: bajar de
50 minutos en un 10K, que fue en la divina pastora de Valencia, y
acabar los medios maratones de Alzira y Algemesí. EL 2012
comenzó siendo horrible y se complicó, pero lo acabé
estupendamente y orgulloso de mi progresión tanto en el deporte como
en mi interior.
El
2013 comenzó mejor aún y se podría decir que ha sido el año de
“descubrir cosas nuevas”.
El
día de reyes corrí en Xeraco un 15K, iba con miedo debido a que las
navidades se basaron en comer mucho y correr lo justo, aunque al
gimnasio al menos no falté. La finalicé en 1 hora 17 minutos
(alrededor de 5:10 minutos el Km) me fui bastante contento y
sorprendido ya que acabé con “ganas de más”. El domingo
siguiente fue inolvidable, me sigo acordando de ese día, de esa
carrera que hice sin llevar un material adecuado y sin informarme de
como era; se trataba del Km vertical de Gandia,
Me
apunté pensando en lo bonito que sería cuando vi el vídeo de lo
que era pero no pensé en lo que me podría pasar. Me planté allí
en una carrera de montaña con unas zapatillas de correr normales con
una suela totalmente de goma y para suerte la mía el día anterior
llovió bastante. La carrera era de 12Km pero no habíamos llegado al
6 y ya llevaba 5 resbalones en bajadas y el culo con un dolor
tremendo. La peor fue la primera caída, tuve una sensación bastante
mala, me sentí solo, decepcionado, me vinieron a la cabeza
experiencias malas que me habían hecho pasarlo mal, imágenes que
ojalá pudiese olvidar y varias cosas que no pensé que podrían
volver a mi cabeza. Me costó reaccionar ante esa caída, tarde unos
segundos en levantarme, estuve pensando en esas cosas bastante
tiempo, justo hasta la segunda caída que vino enseguida
acompañada de la tercera, ahí ya me daba igual caerme,
sabía que me levantaría, por que en ello se basa la vida... ¡En
caerse y en volverse a levantar!
Terminé
esa carrera en un tiempo bastante malo, pero terminé y me hice mi
foto bien orgulloso en la cima del Mondúver. Debido a esas caidas
estuve parado 2-3 semanas y con molestias en los tobillos, pero al
volver a correr no se me ocurrió otro reto que correr 5 medios
maratones, un 15K y un medio maratón de montaña domingo tras
domingo. Un mes y medio seguido de duras pruebas. Le dije a mi
hermano que si conseguía finalizar aquello me apuntaría al maratón
de Valencia de ese año. Conseguí acabarlo todo y cada vez
mejorando. En el medio maratón de montaña fue en el que más miedo
pasé los días anteriores por lo que sucedió en el Mondúver, pero
para esa carrera iba bien equipado, las zapatillas de trail más
baratas que pude comprar en el Decathlon, por unos 45€, me fueron
de lujo y conseguí acabar perfectamente y con ganas de descansar por
toda la “matraca” que le había metido al cuerpo durante mes y
medio sin parar.
Con
tanta noticia buena, tocaba una mala; tenían que operarme de una
fístula o quiste pilodinal o lo que fuese eso que tenía en el
coxis, era como un agujero muy pequeño que supuraba líquido. Por
suerte el mío supuraba pus y no sangre como el de mi padre cuando lo
operaron también y a mi edad. Me despedí de correr durante un
tiempo corriendo una carrera popular tres días antes en Gavarda.
Continuará..........
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